Además de ser adictivos en algunas ocasiones, comer dulces trae beneficios como sorprender en regalos empresariales o hacer amistades.
Principalmente la predilección que tenemos hacia los dulces sobre otros sabores se debe sustancialmente a factores genéticos, evolutivos y cerebrales. De esa manera las preferencias y elecciones tienen diferentes motivos.
En el caso específico de los dulces corresponden a una razón genética, pero esta va más allá.
En la historia, nuestros antepasados asociaban los alimentos como
beneficiosos si eran dulces y venenosos si eran amargos, de esa manera
casi que históricamente tenemos una predilección por los dulces. (Vea
también: Beneficios de comer chocolates)
Un dulce en cualquier presentación puede servir para un regalo de cumpleaños,
eso si acompañado de un empaque llamativo y alguna carta, o si lo
prefieres puede ser la excusa perfecta para hablarle a la chica que te
gusta. El dulce tiene esa facilidad de caer bien.
Desde niños hasta adolescentes:
Con ese referente histórico es muy sencillo entender que la
predilección por lo dulce parece estar de manera instintiva en nosotros,
inclusive existen estudios que demuestran que los menores prefieren los
sabores dulces y por obvias razones rechazaban los amargos, todo esto basados en sus expresiones fáciles.
En el proceso de
crecimiento, en la adolescencia, optamos por el sabor dulce debido a
los procesos evolutivos. Los dulces en esta etapa de la vida brindan una
fuente de energía necesaria para el desarrollo, por eso en el lapso
entre la niñez y la adolescencia, los mejores recuerdos estuvieron
endulzados con diferentes sabores.
Sabores dulces = a estabilidad emocional:
El psicólogo Peter Radic señala que la atracción por los dulces y sus
sabores se debe a orígenes químico cerebrales. Cuando comemos dulce
afirma, el cerebro produce serotonina, un neurotransmisor que brinda
estabilidad emocional y tranquilidad. Es por esta razón que cuando
estamos tristes sentimos la necesidad de comer algún alimento dulce como el chocolate, para disminuir entre otras la ansiedad o la angustia.
Lo importante de los dulces es consumirlos en su justa medida, aunque vamos a tener una predilección por los mismos, es necesario saber cuando consumirlos y compartirlos en forma de regalos de navidad. De por si el azúcar es fundamental para nutrir el sistema nervioso alimentando a las neuronas con glucosa.
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